Este Domingo de Ramos empezó como
debía, en el Porvenir con la salida de la Hermandad de la Paz. Todo hacía
presagiar que la primera jornada de la Semana Santa de Sevilla sería plena.
Poco duraría. Jesús Despojado, la Borriquita, la Hiniesta y la Cena, con un
parte meteorológico que indicaba un 80 por ciento de probabilidad de lluvia
entre las dos y las seis de la tarde, se atrevían a poner a sus pasos en la
calle.
La lluvia no tardó en aparecer y,
además, de forma muy intensa. Todo se desordenó. Jesús Despojado «corría» por
O’Donnell buscando la carrera oficial para refugiarse en la iglesia de la
Anunciación. La Borriquita, que ya estaba en la carrera oficial, acortaba por
la calle Sagasta para llegar cuanto antes al Salvador. La Hiniesta volvió sobre
sus propios pasos, ni siquiera dio lugar a que la Virgen saliera de San Julián.
Triste la imagen del Cristo de la Buena Muerte bajo un terrible aguacero. La
Cena, que sí sacó sus tres pasos, sólo llegó hasta Doña María Coronel. Volvía
rápidamente a su templo. La Paz refugió el primero de sus pasos en el arquillo
del Ayuntamiento y, el segundo, en el Arco del Postigo.
Entre tanta tragedia, la junta de
gobierno de la Hermandad de San Roque decidía no realizar estación de
penitencia, pese a que a partir de las ocho de la tarde los partes meteorológicos
disminuían el riesgo de precipitaciones hasta el 30 por ciento. Con la misma
previsión, la valiente hermandad de Triana, la Estrella decía que sí. No cabía
un alfiler en San Jacinto y en el Altozano. Toda Sevilla quiso estar presente.
Seguidamente la Amargura y el Amor tampoco arriesgaban, este Domingo de Ramos
la penitencia la harían en sus templos.
Alrededor de las ocho de la
tarde, Jesús Despojado salía de la Anunciación camino de la plaza de Molviedro,
acortando su recorrido. La Paz, que conseguía agrupar su cortejo en la Catedral
a eso de las siete de la tarde, hora y media después salía de la Puerta de San
Miguel para volver al Porvenir, igualmente, reduciendo su itinerario. Entre
tanto, la Estrella continuaba recreándose por Reyes Católicos, por Rioja, por
Sierpes, sin prisas…