El Vía Lucis fue un éxito. Fue
así por muchos factores positivos que concurrieron en un sábado de abril para
la historia gracias a la capacidad de organización que desplegó la Unión de
Hermandades para desarrollar un acto tan complejo y con tantas 'puntadas' como
el de ayer. También, y sobre todo, gracias al enorme esfuerzo realizado por las
hermandades y otras entidades para hacer posible lo que se vio en las calles,
dejando de lado el mínimo esfuerzo o el simple planteamiento de cumplir, para
dar lo máximo y dotar de belleza, originalidad y de estilo la presencia en las
calles de sus imágenes titulares o de aquellas que se comprometieron sacar,
siendo lo más fieles posible a su propia identidad pero al mismo tiempo
adaptándose a las exigencias del guión, pese a que éste no llegó a encajar al
ciento por ciento en el gusto cofrade.
Otro factor positivo fue el
público, que se volcó con esta cita desde que por la mañana se diera el
banderazo de salida con la apertura de los besamanos extraordinarios. Jerezanos
y jerezanas disfrutaron e hicieron 'patria cofrade' ante los visitantes,
muchísimos menos en función de las previsiones, que optaron por acercarse a
Jerez y disfrutar de unas horas de cofradías en las calles, frente a otras
opciones. Pinchazo estrepitoso en la ocupación de palcos y sillas. Usando el
símil taurino, menos de media entrada, algo que va en detrimento de lo que
recibirán las hermandades participantes para amortizar costes.
Fue un evento atípico en su
configuración si se toma como referencia la ortodoxia cofrade. Desde el primer
momento se descartaron los pasos de palio, quién sabe si pensando en 2014 en
una magna de palios el Sábado Santo por los 750 años de la conquista cristiana
de Jerez. Se priorizaron o impusieron esas otras formas vistas ayer bajo la
denominación de Via Lucis Mariano, que se divide en catorce encuentros o estaciones
relacionados con otros tantos momentos de la vida de la Virgen. Afortunadamente
no se fue más allá en poner más cortapisas al despliegue de las hermandades en
cuanto a las formas.
Hubo música y ambiente por todo
lo alto con repertorios ajustados y sin 'desmelenarse', aprovechando la ocasión
para disfrutar. Buena calidad en las formaciones de forma general, las cuales
no defraudaron ni mucho menos. Por destacar algunas, las dos de Rota, Nazareno
y Municipal; El Carmen de Salteras, genial, con calidad y con muchísimo oficio;
la municipal de El Puerto y la de Agripino Lozano de San Fernando. Asimismo,
Caridad y Amor estuvo muy al nivel notándose una clara ascendencia.
Gran enhorabuena a los vestidores
que lo dieron todo para marcar las diferencias. Paso por paso, todo fue
diferente como Las Angustias, una hermandad que pese a llevar banda eligió un
repertorio muy jerezano y serio. Fue una de las grandes de la tarde en su paso
con los faroles del Nazareno, decorado con rosas blancas, sin la cruz y vestida
de forma diferente pero sin desentonar con el estilo que se cultiva por el
Humilladero. La hermandad de Loreto se rebuscó más en sus formas para
prescindir de la música de banda por la de una formación coral, vestida también
para la ocasión con un manto de camarín del Desconsuelo y una corona de La
Esperanza, evocando dos eventos marianos: los 300 años de la Dolorosa de Los
Judíos y la coronación canónica de la titular de la cofradía de Las Plazuela.
La Clemencia no escatimó nada en la primera salida de Salud y Esperanza, donde
muchos pudieron descubrir esta imagen de gran belleza y realización. De hecho,
para celebrar el acontecimiento de la 'opera prima' en la calle, vino el
imaginero que la creó, Salvador Madroñal. Preciosa y muy elegante sobre la composición
creada con la mesa del futuro palio, con partes del misterio de La Clemencia,
todo traducido en un conjunto armonioso de buen gusto cofrade, sin dejar de
lado lo bien que sonó la banda del Carmen de Salteras desde Asunción en
adelante, como cabía esperar.
La Virgen de la Luz fue en el
paso del Resucitado, rodeada de flor banca y reivindicándose en la calle como
un futuro que debería estar muy próximo en las intenciones de la hermandad.
Siguiendo con la letanía mariana de ayer, El Buen Suceso, imagen desconocida
para la mayoría, nos redescubrió una talla de enorme valor artístico que al
mismo tiempo encierra una parte importante de la devoción histórica de Jerez a
la Virgen, aunque Las Cinco Llagas, encargada de sacarla, podría haber usado su
paso de misterio en vez de pedir prestado en El Puerto el que sacó ayer. En él
la imagen no quedaba precisamente proporcionada en altura además del excesivo
vacío delante y detrás de la Virgen. La Virgen de Consolación, empequeñecida en
el grandioso paso del Rosario, volvió a dejar Santo Domingo en las muy escasas
ocasiones que lo ha hecho, ayer de la mano del Colegio de Abogados, sobre el
que ejerce su patrocinio, gracias al trabajo de letrados que unen su condición
cofrade y cuyo transcurrir dejó la singular estampa de ver un cortejo formado
por colegiados con sus togas en torno a una advocación legendaria. No se le
quiso colocar corona ni manto para exponerla tal y como es.
Y más hitos estéticos, el
misterio de la Adoración de los Reyes Magos sobre el paso del Descendimiento.
Absolutamente espectacular el resultado final de muchas horas de trabajo de la
mayordomía de La Soledad y los belenistas para componer un conjunto soberbio,
armónico y muy medido, pese a los recelos que a priori despertaba poner en la
calle y en las andas de Guzmán Bejerano-Ortega Bru, imágenes jamás han salido
de la basílica carmelita. Más estampas únicas, El Dulce Nombre, cuya vestimenta
nos regaló una visión diferente de la dolorosa de la Buena Muerte, sobre el
paso del Prendimiento en el complicado objetivo de recrear la presentación de
Jesús en el Templo. La Paz y Concordia nos evidenció una vez más el equilibrio
estético en su paso de gloria, ya habitual en otras ocasiones como en su
presencia en el Corpus, pero ayer con las históricas caídas de orfebrería de
Seco Imbert restauradas.
El sello juvenil y colegial fue
inherente a María Auxiliadora y Rosario, que no variaron sus formas y guión de
costumbre. Los Remedios fue también impresionante en una disposición
absolutamente novedosa y lograda, retomándose la visión de la Virgen sola que
se perdió desde que su palio desapareció. Subrayar el detalle de lo bien que le
sentaba el manto y saya de salida del Desamparo. La Virgen del Carmen fue el
hermoso epílogo de la secuencia mariana que ayer disfrutó la ciudad,
excepcionalmente fuera de su 16 de julio con el detalle del Niño Jesús vestido
de blanco. Mucho más se podría ahondar en la multitud de detalles que adornaron
el núcleo principal del Via Lucis, los catorce pasos y las catorce imágenes que
lo protagonizaron.
El tiempo fue excelente. El calor
de días atrás se redujo por una mañana, tarde y noche agradables. Habrá que
tomar nota del fracaso de montar palcos y sillas que sólo tuvo una ocupación
aceptable en determinadas zonas. Más hubiera valido no vender la piel del oso
antes de cazarlo. Aventurar pronósticos de público es complejo y más cuando la
'oferta' de ayer se salía por completo de la costumbre de las magnas cofrades e
inclinarse por la otra opción que se puso en práctica, estuvo, sin duda alguna,
más acorde con el tiempo litúrgico pero con mucho menos poder de atracción para
cofrades de aquí y de allá, que son, al fin y al cabo, los que llenan las
plazas. La evaluación tiene que ser positiva y con objetivos cumplidos. Éxito
que no puede dejar de serlo por una medición del público que al final eligió
Jerez para echar el sábado.