Los primeros rayos del alba
mostraban radiantes las calles almonteñas engalanadas con arcos, templetes y
flores de papel. El día salió claro y caluroso, tal pareciera que sabía que
bajo su dominio iba a cubrir a la Blanca Paloma.
La Virgen del Rocío iniciaba bien
temprano su procesión por Almonte, un evento único que sólo ocurre una vez cada
siete años. Fue sobre las 8.45 horas cuando los almonteños decidieron portar a
su madre a hombros y llevarla ante su pueblo.
Doblaban las campanas cuando la Reina
de las Marismas asomaba por el dintel de la iglesia de la Asunción e iniciaba
su recorrido tradicional. Aplausos, vítores y salvas de escopetas la recibieron
y acompañaron durante las más de 12 horas y media que la imagen estuvo arropada
por su pueblo.
En la Plaza de la Virgen del
Rocío, decorada con hermosos arcos, la Virgen se dejó sentir más de dos horas,
en cierta medida esperando a que se sumaran al cortejo procesional los devotos
que se encontraban en Almonte para estar con ella. Concretamente, se calcula
que entre 250.000 y 300.000 personas han podido pasar este fin de semana por el
municipio para caminar al lado de la Reina de las Marismas.
En uno de sus varales lleva dos
lazos por el padre y la niña fallecidos el lunes.
Uno de los detalles que más llamó
la atención a su salida fue la presencia en el varal delantero derecho de dos
lazos, uno negro y otro blanco, siendo éstos en recuerdo del padre y la hija
supuestamente asesinados el pasado lunes, 29 de abril, en Almonte.
Más tarde, y tras pasar un buen
rato frente a la sede de la Hermandad Matriz, la procesión se encaminó hacia el
arco principal de la calle El Cerro. Miles de personas se fueron acercando para
tocarla mientras, con grandes esfuerzos y relevándose a cada rato, los almonteños
continuaron llevando en sus hombros a su Reina.
Miles de personas quieren tocar a
la Blanca Paloma.
En su paso de plata, la Blanca
Paloma llevaba los ropajes que porta anualmente para la romería del Lunes de
Pentecostés, el traje de Reina, el cual también ha lucido durante la novena
preparatoria para la romería de este 2013. Dicho atuendo fue confeccionado en
los talleres de Santa Bárbara y los estrenó en la romería de 2011.
La Virgen fue recorriendo poco a
poco las calles del pueblo y, tras pasar por la calle El Cerro, enfiló hacia la
Plaza de España, la calle Cristo, la plaza del Cristo y las calles Sevilla y
Conde Cañete, llegando a esta última sobre las 18.00 horas.
Entre el bullicio, pequeños que
viajaban en volandas para presentarlos a la Blanca Paloma y que recibieran la
bendición de la Madre. En cualquier punto donde estuviera Ella sonaban salves y
se entonaban canciones en su honor.
Siguió la procesión hacia las
calles Alcantarilla y Martín Villa, llegando nuevamente a la Plaza Virgen del
Rocío sobre las 20.00 horas. Allí, junto al Paseo donde se encontraba la
efímera catedral gótica, los devotos se concentraban a la espera del momento en
el que la Virgen del Rocío retornara a la iglesia de la Asunción.
A las 20.18 horas, quienes
portaban a la Blanca Paloma comenzaban a subir los cinco escalones del porche
de la parroquia almonteña y giraban a la Reina para que, de cara a su pueblo, se
introdujera poco a poco en la iglesia. Lo hacía unos cinco minutos más tarde,
justo después de una salva de escopetas que arrancaba los aplausos de las miles
de personas que se encontraban en la plaza.
La recogida de hoy es el preludio
de una despedida, ya que la Virgen regresará el próximo 12 de mayo a la aldea
de El Rocío tras haber pasado los últimos nueve meses en Almonte