Y te irás para Triana mi Divino
Nazareno, para sanar tus dolores, tus achaques tus dolencias. Y te irás para
Triana en una tarde de octubre para volver con más fuerzas cuando la Navidad
nos alumbre. Ese vacío que dejarás en los medios de Letrán solo se llenará a la
vuelta cuando llegues y deslumbres a tus hijos, esos mismos que implorarán tu
vuelta como la de su familiar más querido cuando está en el Hospital. Queremos
que cargues la Cruz de la Vida y de los pecados del mundo para redimirnos a
todos nosotros. Queremos tocar tu pie, abrazarnos a tu pierna y sentir ese olor
que nos embriaga al besar con mimo tú túnico.
Ahora serán dos meses, después
cinco más, en la espera de tenerte de nuevo en casa y allí guardar las
quimeras, los sueños, las súplicas y las gracias de este pueblo que te venera.
Jesús eres mi norte y mi guía, faro de la ciudad de Jerez, no te olvides de
nosotros en tu etapa trianera, no nos dejes de la mano aunque traspases
fronteras, no nos dejes nunca "huérfanos" de la Fe y de la Esperanza
que encontramos en tus ojos de parsimoniosa mirada.
Yo quiero ser esa espina que se
clava en tu frente para estar estos dos meses a tu lado de forma perenne.
Se que te irás, que te dejamos en
las mejores manos, en las de Pedro Manzano, que cuando vuelvas estarás bien y
nunca más tendrás que marchar, pero dejarás un vacío difícilmente entendible.
Este corazón morado hoy lo es aún
más y aunque no te hayas ido ya espera tu vuelta a Cristina.
Nunca te olvides de mi Padre
Eterno del Cielo, que en Jerez tiene ya cara y ese es Jesús Nazareno!!!
Juan A. Vidal Dorado