viernes, 15 de noviembre de 2013

El 'Domingo de Ramos' no quiere a nadie más

Cofrademanía/Andrés Cañadas

Hubo reunión. Y hubo 'fumatta negra' a la incorporación de una nueva cofradía, en este caso, Humildad y Paciencia, a la nómina de la jornada del Domingo de Ramos. Así lo expusieron las cofradías que actualmente abren cada año nuestra Semana Santa, y así lo anotó oportunamente el Consejo, organismo que eso sí, dejó muy claro que la última palabra sobre este asunto, la tienen ellos.

Hasta aquí, todo bien, o mejor pensado.. todo absolutamente mal. Porque, vamos a ver.. si tras esta reunión absurda, se sabe ya positivamente que el 'Domingo' no quiere a los cofrades de la Trinidad, -lo que ya intuíamos- ¿qué pasa ahora con los elegantes nazarenos blancos del Señor sedente? ¿Irán ahora pidiendo limosna de puerta en puerta, como reza el villancico, entre el resto de jornadas de nuestra Semana Mayor? ¿Irán de cabeza al Martes Santo, como propuso el Consejo hace ya algunos meses? ¿Y si el ‘Martes’ tampoco los quiere?

Un auténtico despropósito, que vuelve a surgir de este estilo absolutamente suicida en el que se mueve habitualmente Pedro Pérez, presidente al que no se le puede achacar ni una bronca, ni un enfado, ni un mal gesto.. pero tampoco, ningún tipo de habilidad para hacer las cosas sin meterse en todo tipo de problemas.

Como ya contamos hace un par de días, la Hermandad de la Humildad y Paciencia tiene todo el derecho del mundo a pedir -que no exigir- lo que entienda como más acertado para sus intereses, pero la Unión de Hermandades de Jerez tiene la obligación de gestionar sus legítimas responsabilidades, so pena de incurrir, de no hacerlo, en un flagrante ‘delito’ de dejación de responsabilidades.

¿Es lo mejor para Jerez y su Semana Santa, que Humildad y Paciencia salga el Domingo de Ramos? ¿Habría otras opciones más acordes tanto al espíritu de la cofradía, como al estilo de cada jornada?


Interesantísimo sin duda el debate que originan estas preguntas, debate que no parece existir actualmente, y que esconde además, otra problemática mucho más amplia: ¿estamos preparados para el desembarco de nuevas cofradías que han de llegar en los próximos años?