La hermandad de la Yedra,
especialmente los algo más de cuarenta hermanos que pudieron vivirlo in situ,
guardan en el recuerdo de los momentos grandes de esta cofradía la recepción
que ayer les ofreció el Papa en el contexto de la audiencia general de los
miércoles en la que se vio hecho realidad el sueño de poder entregarle un
recuerdo de la hermandad, pero sobre todo transmitirle en primera persona cuánto
quieren a la Virgen y la coronación canónica de la que será objeto en
septiembre. El salón de audiencias estaba repleto. Entre los asistentes, para
sorpresa de los cofrades jerezanos, se encontraron con el arzobispo castrense y
anterior obispo de Jerez, Juan del Río, que acompañaba a una representación de
la Guardia Civil con motivo de una conmemoración con la Virgen del Pilar, su
Patrona. En su alocución, el Papa nombró a la hermandad jerezana, situándose el
hermano mayor, Ildefonso Roldán, es un lugar preferente desde el que subió al
estrado para saludar al pontífice y entregarle los obsequios que llevaban para
él: un cuadro con imágenes de La Esperanza y La Sentencia, junto a un cordón de
mano del Señor y un pañuelo de la Virgen. Según contó ayer a este medio el
hermano mayor, le explicó quiénes eran, las costumbres, religiosidad popular
que fomentan y especialmente la coronación canónica de la Virgen. El Papa le
consultó el mes y se interesó por el pañuelo. Ildefonso confiesa que a
Benedicto XVI tuvo que encantarle el rostro de La Esperanza calificándola como
una "bella Madonna", además de entretenerse bastante tiempo admirando
el cuadro, siempre en el contexto de lo que son los minutos y segundos en una
audiencia general. El hermano mayor le pidió que "tuviera en cuenta en sus
oraciones a Jerez y a España", añadiendo que rezarán por el Papa para que
"siga ofreciendo luz al mundo". Llenos de satisfacción, salieron de
la audiencia para seguir con el programa que les llevó por la tarde a una misa,
sólo para ellos, en la tumba de san Pedro. "Ha sido impresionante y
emotivo ofreciendo todas las peticiones que hemos traído desde Jerez".
Ildefonso, aún emocionado, dijo que "esto ha sido muy importante desde el
principio hasta el fin, el encuentro con el Papa no puedo describirlo; cuando
me dio la mano sentí un escalofrío y paz interior. Es una persona afable y
amable y aunque no lo parezca, se interesó por todo: la hermandad, el cuadro,
la coronación...". Los peregrinos siguen en Roma yendo a los sitios más importantes
para la cristiandad en la Ciudad Eterna.