Sábado de feria. El Real escaso
de cofrades. Y no es por la “costumbre” habitual de dejar el Real de la Feria
medio vacío el fin de semana. Es que tal día como el pasado sábado, los
cofrades de esta ciudad abandonaron no ya la propia ciudad en sí, sino que
extralimitaron sus murallas para darse cita en Jerez, llamados por un
acontecimiento importante en la historia de esta ciudad. En esta hermosa ciudad
tuvo lugar un día casi de Semana Santa, con la celebración del Vía Lucis Magno
con motivo del Año de la Fe, y los “jartibles" de nuestra bendita ciudad
escaparon de la feria para darse cita en otra festividad con tintes religiosos,
algo que quizás vuelva a probar cuál es considerada como la Semana Grande y la
fiesta grande de Sevilla para gran parte de los sevillanos.
Bien es verdad que desde Sevilla complicado es
haber estado al tanto de todos los pormenores de este acontecimiento y de su
organización para conocer de primera mano si sufrió las mismas críticas que el
que se pretendía celebrar en la capital hispalense. Pero lo cierto es que el
Vía Lucis salió “a pedir de boca”, exquisito, casi perfecto, salvo algunas
“necesidades”.
Se dividió en dos partes
diferenciadas este día. Hasta el mediodía la ciudad era conquistada por
multitud de grupos de cofrades que con una “luminaria”, se afanaban en recorrer
todos los besamanos abiertos para la ocasión, y así sellar esta cartulina, que
una vez completada, te permitía alcanzar la indulgencia plenaria.
Por la tarde, por su parte, tenía
lugar la magna procesión, con un total de catorce pasos marianos de Jerez. Y
quizás la mañana fuera incluso más atractiva que la tarde, al menos a ojos de
los que fuimos desde otras ciudades. A las procesiones de por la tarde, le
faltó calidad en muchos de sus pasos, algo un poco decepcionante, comprobando
en esa misma mañana el patrimonio tan enorme que tienen las hermandades de
Jerez, y quizás también le faltó algo de público, sobretodo a primera hora de
la tarde. Coinciden las crónicas de la prensa jerezana en que Jerez no se echó
a la calle como debiera, que “no valora lo que tiene”. Y quizás sea cierto
visto lo del pasado sábado, donde en ocasiones parecía encontrarte en Sevilla,
de la gran cantidad de sevillanos que se habían dado cita entre el no muy
numeroso público. A parte de estas pequeñas “deficiencias” el acontecimiento
fue, simplemente espectacular. Catorce devociones marianas para celebrar la fe
jerezana, sin duda, la “sana envidia” de lo que en Sevilla, esa ciudad de la
que tanto proclamamos el título de “Mariana”, no ha sido capaz de conseguir,
aunque aún estemos a tiempo.
La organización fue perfecta. Y es que en
ocasiones no es tan complicado hacer las cosas bien. Los pasos iban pasando de
manera ordenada por delante del altar instalado para el rezo del Vía Lucis, de
manera que no estaban los catorce pasos estáticos en una calle, evitando así la
aglomeración de personas en un solo punto, como hubiera ocurrido en la ciudad
hispalense. A nadie se le ocurrió este importante detalle en Sevilla, sería muy
complicado de pensar.
Desde semanas previas se venía poniendo
en cuestión uno de los pasos que participarían en el acontecimiento: un portal
de Belén, sí, literalmente: San José, la Virgen, un Pastor con ovejas y los
tres Reyes Magos montados sobre un paso de Semana Santa. Pero las críticas
pronto se apagaron. Se ilustra en la fotografía que acompaña este artículo. La
conjunción fue, simplemente, perfecta. Parecía que era algo que llevaba toda
una vida así. Y no solo es que quedara perfecto estéticamente, sino que además
trianeaba, y vaya si lo hacía: izquierdos, “picaítos”, etc., aunque ya el andar
quedará al gusto de cada cofrade. Tal es así, que con gracia gaditana, se
llegaba a escuchar que no le hubiera venido mal al paso un camello en
sustitución del caballo de Triana.
Tres reflexiones sobre este magno
evento. La primera, dar la enhorabuena a Jerez por el perfecto, hermoso,
inolvidable día y magnífica acogida que tuvimos muchos de los “forasteros” que
hasta allí nos desplazamos.
En segundo lugar: se demostró que
un acto puede ser a la vez solemne, y llevar música en los traslados sin que
aquellos se convierta en algo que no es. Jerez lo demostró.
En tercer lugar: el vacío que
sentimos los sevillanos allí congregados de que en una ciudad mariana por
excelencia no se organizase algo igual. Idea excelente para la fe mariana, y
por qué no, también para el comercio que tantas dificultades pasa como el resto
de españoles. En Sevilla, siendo cierto que se celebró el acto en sí del Vía
Crucis, nada tuvo de extraordinario, fue lo de todos los años, aunque realmente
sea cierto que lo esencialmente importante sea el rezo en sí, da igual la
forma. ¿Por qué no congregar a devociones marianas y de gloria en un evento con
precedentes históricos ya en esta ciudad? ¿Acaso alguien duda, que la fe en
Sevilla la mueven mayoritariamente las imágenes, y que para eso están
concebidas? Pero, qué vamos a esperar en Sevilla, donde el único culto externo
extraordinario que se va a celebrar por dicha efeméride, la procesión de la
Virgen de los Reyes, se ha llegado a cambiar de fecha porque el mismo Arzobispo
que no ha acudido a importantes cultos religiosos de esta ciudad, tiene otras
cosas más importantes que atender el día programado a la Virgen de los Reyes.
Imagínense un Vía Lucis sevillano con la Virgen de los Reyes, Amparo, Reina de
todos los Santos, Encarnación, Pastora de Triana, Rosario Macareno…de babero.
Escuchado en el centro de Jerez:
“yo por mí, cambiaba la cabalgata de los Reyes de Sevilla por un paso como
éste. Importemos la idea, y que a los Reyes Magos en Sevilla, los lleven
también costaleros”.
Escuchado entre varios pasos
en Jerez: "En ocasiones, veo pasos..." "Quillo, esto es el sueño
de cualquier jartible, ver pasos por todos lados"