martes, 29 de octubre de 2013

Regreso con olor a canela y clavo de la dolorosa de Los Gitanos a su Santuario

PasiónenSevilla.tv

La Virgen de las Angustias de Los Gitanos se trasladó desde la Catedral a su Santuario arropada por cientos de personas que conmemoraron las bodas de plata de la coronación canónica de esta dolorosa de Fernández Andes.

Misa estacional

Comenzó esta jornada a las doce del mediodía con la celebración en el altar del jubileo de la Misa estacional conmemorativa de esta efemérides, que fue oficiada por Teodoro León, vicario general de la diócesis. Estaba previsto que este culto fuera presidido por Monseñor Santiago Gómez Sierra, Obispo Auxiliar de Sevilla, que ayer hizo lo propio en la Función Principal de Instituto de La Macarena. Este cambio se produjo por la modificación de fechas debido por las inclemencias meteorológicas.

A esta solemne eucaristía asistieron los devotos de esta hermandad. Además, estuvieron presentes por parte del ayuntamiento Gregorio Serrano, delegado de Fiestas Mayores, Juan Espada (PSOE) y por el Consejo su presidente, Carlos Bourrelier y varios consejeros entre los que se encontraba Francisco Vázquez Perea, delegado de la madrugada del Viernes Santo. Hubo representaciones de otras hermandades y de la Policía Nacional, Local y Guardia Civil.

A las cuatro y cuarto de la tarde la cruz de guía de esta hermandad de la madrugada del Viernes Santo se postró en la puerta de los palos de la Catedral para iniciar el regreso de la Virgen de las Angustias. El crucero de esta cofradía, Francisco Gallardo, visiblemente emocionado llevaba en su mano derecha sujetando la cruz de guía un pequeño ramo de flores recordando a su mujer “ella, por desgracia, no ha podido vivir este momento, pero la llevo conmigo representada en estas flores”.

En dicho cortejo se incluyeron más de cuatrocientos hermanos de Los Gitanos, y hasta el ayuntamiento las representaciones de cuarenta hermandades.

Ante la Patrona

El paso presidido por la Virgen de las Angustias, antes de su salida de la Catedral, visitó a la Virgen de los Reyes. Fue emotivo e íntimo este momento. Se hicieron sendas ofrendas a la Vírgenes de Reyes y Angustias. Una medalla de la Patrona fue el regalo de esta asociación en esta conmemoración. Se rezó la Salve Regina. La Duquesa de Alba, acompañada de su marido, llamó al paso en las puertas de la Capilla Real, que iba mandado por el capataz Alberto Gallardo padre. 

Tras el himno nacional, ante los fieles que esperaban impacientes a los pies de la Giralda, se pudo oír “Madre de los Gitanos Coronada” de Abel Moreno y “Madrugá de canela y clavo” de Juan M. Velázquez. El cortejo lo abrían las formaciones musicales de Los Gitanos, que se alternaron en este regreso.

El hermano mayor, José Moreno, estaba muy satisfecho: “Soy hoy el hombre más feliz del mundo rodeado de Sevilla y sus hermandades. La respuesta de todos ha hecho posible que hoy la Virgen de las Angustias reparta tantas bendiciones en estos tiempos tan difíciles”. Delante del paso se situó, Manuel Moreno, que fue hermano mayor en una coronación de su dolorosa en 1972 en la plaza de San Román, donde se estrenó su corona de oro, antes de la coronación canónica de 1988.

Las representaciones de las hermandades esperaban en el andén del ayuntamiento a la dolorosa. Fue conmovedora la llegada del paso con dos  “petaladas” y aplausos interminables del público allí congregado. Las Nieves de Olivares interpretó “Amanecer gitano”, “Sevilla cofradiera”, “Estrella Sublime”, Rocío” y “Pasan los Campanilleros”, entre ellas sonaron dos piezas tocadas por su Agrupación musical “Ntro. P. J. de la Salud”: “La Saeta” y dos veces “Madre de los Gitanos Coronada” de Abel Moreno, adaptada por Pedro Pacheco.

Juan Ignacio Zoido llamó al martillo en las puertas del ayuntamiento en una “levantá” a pulso. Previamente, hubo unas bellas palabras de agradecimiento de José Moreno. Estuvieron presentes por el consistorio Curro Pérez, Gregorio Serrano, Amidea Navarro, Juan Espadas y Miguel Bazaga.

En la calle Pinto hubo otro momento especial con una gran “petalada” de la juventud de Los Gitanos. El cortejo tuvo que rodear Santa Catalina al no poder acceder por Alhóndiga por obstáculos existentes. La dolorosa entró en el Santuario a las XX de la noche, cerrando una página dorada de su historia.