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- ¿Le había llegado su hora?
-A tenor del resultado de las
elecciones podría decirse que sí, que el momento había llegado. A mis cincuenta
años, los mismos que llevo inscrito en la hermandad, he pertenecido a cinco
juntas de gobierno, como secretario y teniente de hermano mayor, más la que
acabamos de iniciar. Me considero un trabajador de grupo y éste ha decidido que
mi momento había llegado. Muchos hermanos me han participado de su satisfacción
en ese sentido.
-¿Cómo afronta el mandato?
-Con mucha ilusión y deseos por
empezar a caminar en este nuevo ciclo con una junta remozada en un cincuenta
por ciento, compendio de veteranía y juventud, heterogéneo en su concepción
pero homogéneo en ideales. Cierto es que hemos tenido un proceso electoral en
fechas poco idóneas, llegando a tomar posesión de nuestros cargos el día 10,
cuando la gente ya se había olvidado del olor a canela de los polvorones y se
percibe el aroma del azahar. Son muchas las cuestiones por decidir y muy poco
tiempo para hacerlo, por lo que tenemos que ser ágiles en las tomas de
decisiones, no sólo las que afectan a las fechas que se aproximan de Cuaresma y
Semana Santa sino también en lo referente a las áreas administrativas y de
gestión.
- ¿Sus prioridades?
-Tenemos claro que las hermandades
son herramientas o instrumentos al servicio de nuestra sociedad, mensajeros del
Evangelio de Cristo a nuestros vecinos del barrio de Santiago, máxime
tratándose de una zona la nuestra que ha ido deteriorándose progresivamente con
el paso del tiempo en todos los sentidos. El eje principal de nuestro proyecto
de trabajo, ambicioso pero a la vez entendemos que asumible en un alto
porcentaje, se centra en: formación, oración, vida de hermandad, celebración y
acción. Además de lo anterior, trabajaremos en: información - comunicación
permanente a los hermanos, acción social y parroquia, grupos joven, infantil y
mujeres, reglamentación, seguimiento y control del programa de trabajo,
gestión, patrimonio y conservación; asesoramiento, organización de la documentación
y archivo, mantenimiento y seguridad de las instalaciones
- ¿Entre ellas está restaurar el palio del Desamparo?
-Es una obviedad decir que hemos
heredado una joya y que estamos obligados a conservarla para futuras
generaciones. Heredamos, conservamos y traspasamos a los que nos sucedan. En la
junta anterior comenzamos a trabajar en esta línea, decidiendo que fuesen tres
talleres de reconocida solvencia los que nos presentasen sus trabajos para que
nuestro palio pudiese recuperar el esplendor de antaño. A día de hoy solo queda
uno de ellos por mostrarnos su proyecto. En cualquier caso será decisión de los
hermanos resolver sobre cuál de ellos recaerá dicha responsabilidad. Me
gustaría recordar que el trabajo ya se inició con la restauración del Desamparo
.
-¿Se atreverá también con la imagen del Prendimiento?
-Tiempo atrás se abrió un debate
sobre el movimiento que se podía apreciar en la imagen al caminar costalero, lo
que se pudo constatar por la instalación de sensores que dieron veracidad a lo
que a simple vista se apreciaba. Ello se corrigió, siguiendo las conclusiones
adoptadas en Cabildo, colocándosele un corsé para las salidas exclusivamente. A
día de hoy y según los estudios técnicos que en su fecha se realizaron, se hace
necesaria una intervención que mejore determinados aspectos del Prendimiento.
-¿Le gustaría que en su mandato se produjera el regreso a Santiago?
-Según la información de que
disponemos, Santiago será reabierta al culto, aproximadamente, en año y medio.
De igual forma a como se hizo cuando la hermandad se trasladó al Asilo, llegado
el momento, corresponde al Cabildo manifestarse al respecto y trasladar al
obispado las conclusiones. Sabemos que tanto Santiago como el Asilo tienen
ventajas e inconvenientes que en su momento se estudiarán. Por otra parte somos
conscientes que el obispado se pronunciará al respecto y la hermandad, como
entidad de Iglesia que somos, tendremos que aceptar los mandatos de la misma.
-¿Con qué se siente más satisfecho de lo conseguido hasta ahora?
-Hay momentos que siempre
recordaré a lo largo de mis años de pertenencia a juntas de gobierno. En
general, que el concepto que en tiempo se tuvo de nuestra corporación sufriese
un giro positivo, pasando a ser respetada por otros organismos. En el terreno
material, haber alcanzado un sueño que desde niño tuvimos un grupo de amigos,
de hermanos, alguno desgraciadamente fallecido y siempre recordado, como fue
luchar hasta conseguir nuestra propia Casa de Hermandad. En el aspecto
sentimental, la gran amistad lograda con muchos de los hermanos, hasta el punto
de reír y llorar juntos a diario durante treinta y cinco años aproximadamente.
-¿El marcado estereotipo que tiene la cofradía se corresponde con la
realidad de la misma?
-Es cierto que por su carácter
popular, la cofradía tiene sus propias connotaciones. Igualmente es más que
posible que el ciudadano, el cofrade que no pertenezca a la hermandad o que no
nos conozca tenga una percepción exagerada de algunos aspectos de la cofradía
que, en muchos casos, no se corresponden con la realidad. Por otra parte no
cabe duda que estamos enclavados en un barrio que ejerce su influjo sobre la
Hermandad. Por lo demás, una cofradía más de entre las que forman la nómina de
la ciudad.